Cómo evitar que los gatos coman alimentos peligrosos
La vida y el bienestar de tu gato dependen del tipo de alimento que come. Mantén los alimentos peligrosos para gatos fuera de su alcance, así como aseguráte de que consuma un alimento balanceado, le estás ayudando a mantenerse sano.
A continuación tenemos algunos consejos sencillos para evitar que tu gato coma alimentos peligrosos y tóxicos:
- Almacena los alimentos fuera del alcance de tu gato. Para un gatito curioso, puede ser necesario instalar cerraduras a prueba de gatos en los armarios.
- No permitas que tu gato salte sobre el mostrador mientras estás cocinando o comiendo.
- No le des de comer los restos de la mesa.
- Es especialmente importante estar más atento durante las vacaciones. Es probable que haya más comida tentadora alrededor, mucha de la cual puede causar molestias al estómago de tu gato o incluso hacerle daño.
Si notas o sospechas que tu gato ha comido uno de estos alimentos, llévalo al veterinario inmediatamente. Mientras que algunos de estos alimentos puede que sólo causen una pequeña molestia a tu gato, otros pueden ser mucho más peligrosos para su salud. En caso de duda, pide orientación a tu veterinario.
Preguntas frecuentes
¿Qué pasa si le doy atún a mi gato?
Los gatos pueden sentirse fácilmente atraídos por el atún. Pero este alimento no es de la mejor calidad, suele tener altos contenidos de grasa y representa una ingesta calórica incorrecta para tu gato. Además su alto contenido de mercurio puede afectar el sistema nervioso del gato.
¿Qué hacer si mi gato come algo tóxico?
Evalúa el estado de tu gato dentro del primer par de horas, si lo que consumió era diseñado para comer y fue poca cantidad puede que solo afecte la consistencia de sus heces pero tras expulsarlo esté bien. Sin embargo si se trata de veneno debes apresurarte al veterinario.
¿Qué debo hacer si mi gato come chocolate?
Contacta a tu veterinario de inmediato, ya que el chocolate es tóxico para los gatos.
¿Cuáles son los síntomas de envenenamiento en gatos?
Los síntomas varían según el alimento ingerido, pero pueden incluir vómitos, diarrea, letargo, dificultad para respirar y convulsiones.